Los vecinos de los distritos 3, 5, 8 y 14 de la ciudad de El Alto y varios habitantes de las provincias paceñas, que vienen a la urbe alteña, manifestaron su molestia e impotencia ante el abuso en el cobro excesivo de los pasajes realizado por los transportistas del servicio público.
La Red Erbol constató que en los distritos mencionados varios pasajeros, en las paradas fijas o circunstanciales, se quejaron por el cobro de 1,50 hasta dos bolivianos del pasaje en las rutas periféricas, sino les piden abandonar el vehículo.
En el tramo de la Ceja hasta San Roque o viceversa, desde las 18.00, los transportistas cobran dos bolivianos, cuando el pasaje regular es de un boliviano, pero cuando los usuarios protestan por el hecho les responden que “no irán hasta la parada”; es un chantaje señaló un afectado.
Otro caso, en la extranca de la zona de Río Seco, también se pudo advertir que los choferes que viajan hasta Puerto Acosta, de la provincia Camacho del departamento de La Paz, cobran 20 bolivianos cuando el pasaje normal es de 15 bolivianos.
Sobre los abusos de los transportistas de El Alto, el secretario General de la Alcaldía alteña, Sergio Choque, simplemente manifestó que efectuaran estrictamente los controles en coordinación con la entidad de Tráfico y Vialidad.
“Para nosotros el pasaje es a un boliviano a no ser que internamente cada zona o distrito, como lo hacen, hayan quedado de acuerdo con el respectivo sindicato (de transportes); pero como municipio no reconocemos ningún aumento de pasajes”, afirmó el funcionario edil.
Estos hechos, no sólo se registran en los tramos señalados anteriormente sino también en las rutas hacia Senkata, Cosmos 79, zona Villa Adela y otros barrios, en especial en horas de la noche.
Decenas de vecinos que habitan en las áreas marginales de El Alto desde las 18.00 hacen peripecias para trasladarse a sus hogares porque los transportistas, sin control de las autoridades, sólo hacen su recorrido hasta “donde les dé la gana”, señalaron algunos usuarios a Erbol, con mucha indignación.
Una de las vecinas agregó que en el traslado de sus hogares hacia sus fuentes laborales u otras actividades que “que cada día sufren los abusos de los conductores, pero mucho más cuando tienen bultos y niños”.
Los vecinos deben trasladarse hasta donde el conductor “le dé la gana” de recorrer, después deben caminar, incluso corriendo el riesgo de la inseguridad ciudadana.
Fuente ERBOL
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