DESCOLONICEMOS NUESTROS
CUERPOS!
La industria genital es el
término dado a la industria comercial de las empresas que emplean a
trabajadores sexuales en varias capacidades y es descrito como entretenimiento
para adultos o cine porno.
Este cine, se nutre de la
realidad ficcionada y mentiras que procuran ser vendidas como verdades del
sexo. Personajes y situaciones completamente inverosímiles desfilan por
historias débiles y poco creíbles donde lo único que importa es que los actores
involucrados personificando desde repartidores, mecánicos y/o secretarias con
cuerpos perfectos, hasta proporciones descomunales, expliciten ante cámaras la
relación sexual.
A continuación, detallamos
algunas de las mentiras más comunes:
Mentira N°1: todos los
hombres son XL
En las películas
pornográficas la mayoría de los actores tienen penes de gran tamaño. “Si bien
esto puede sser excepcionalmente es cierto, el mito aquí radica en creer que es
lo normal”. Fabián Gómez urólogo especialista en sexo y asesor científico del
Boston Medical Group sostiene que. “Esas proporciones no son la medida del
hombre común. Es importante aclarar este tema para evitar odiosas comparaciones
y futuras frustraciones en el hombre y la pareja, además es importante recordar
que un pene enorme lastima a la gran mayoría de las mujeres”, agrega.
Mentira N°2: Los hombres
prefieren ir al grano las mujeres no!
En el porno solemos ver cómo
la relación rápidamente termina en la genitalidad sin detenerse en besos,
caricias, ni ningún tipo de juego previo. “El coito explícito es eso, puro coito
carente de erotismo, es decir, de todos los condimentos que enriquecen un
encuentro sexual. Lo que no se ve es el tiempo que tardan los actores en
´calentarse´ para ser convincentes frente a la cámara. No olvidemos que es cine
y, como tal, la historia debe prescindir de circunstancias accesorias”, alerta
el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.
Mentira N°3: todos los
finales son felices
“Es frecuente ver que el
actor masculino eyacula gran cantidad de semen. No es la media normal para la
población, ya que la cantidad habitual de eyaculado es de 1.5 a 4 ml.”, detalla
Gómez. Con las mujeres pasa algo similar. “La eyaculación femenina es una
secreción blanquecina, a veces abundante, que se da previo o durante el
orgasmo. No todas las mujeres tienen este tipo de secreción y no por eso existe
alguna patología, es una respuesta fisiológica que puede aparecer o no”,
explica Ghedin.
Mentira N°4: La magia está
en realizar un kamasutra acrobático.
“En las películas XXX
podemos ver variadas posiciones para realizar el acto coital. Hay que tener en
cuenta que los actores y las actrices están entrenados para ese tipo de
papeles. Hay posiciones que son realmente muy incómodas y de gran impacto
visual, pero que no hacen necesariamente al sexo más agradable, sino todo lo
contrario”, explica Gómez.
Mentira N°5: todas las
mujeres son multiorgásmicas
Los personajes femeninos
suelen hacer un despliegue exagerado de la llegada al clímax. “En la realidad,
la respuesta orgásmica es cambiante: a veces es intensa en placer, otras veces
más pobre, algunas veces hay multiorgasmos y en otras no. En fin, la respuesta
sexual es variable y está influida por distintos factores como el estrés, las
ganas y la pericia sexual de la pareja, el tipo de estimulación recibida, la fase
del ciclo menstrual y la rutina”, enumera Ghedin.
Mentira N° 6: el sexo fuerte
le gusta a todos
En el cine porno se pueden
ver muchas escenas de sexo violento (hard sex) o que son realmente agresivas.
“De acuerdo a mi experiencia, la gran mayoría de los pacientes y sus parejas
prefieren ser tratados con suavidad y dulzura para realizar el acto sexual, o a
lo sumo con mucha intensidad y fogosidad, pero no violentamente”, cuenta el
doctor Gómez.
Mentira N° 7: todos tenemos
en casa un juguete sexual
“En las películas porno
aparecen ciertos guiños fetichistas: juguetes sexuales, lencería erótica,
zapatos estilizados, medias caladas y disfraces, entre otros, como si fuesen
comunes en la vida de cualquier pareja y como si fuesen indispensables muchas veces,
para aumentar la emoción de la relación coital o asegurar su satisfacción.
Mentira N° 8: improvisar un
trío es muy fácil
Imaginemos una escena de
películas porno: la mujer encuentra a su pareja teniendo coito con su amiga y
se suma para practicar un furioso ´menage a trois´. El doctor Gómez se encarga
de desmitificarla: “pensemos en lo absurdo de la situación y llevémosla a
nuestras vidas cotidianas: ¿qué pasaría si nuestra pareja nos encuentra
teniendo sexo con nuestra amiga/o? ¿Es más factible que se sume a la cama o que
nos elimine de su vida?”
Mentira N° 9: los hombres
gay son “machos” y las lesbianas “hacen de hombre”
“En las porno dirigidas al
público gay los hombres son estilizados, musculosos, estereotipo del macho
recio y bien dotado. El juego previo es muy corto y la relación tiene como
objeto la penetración, cosa que no ocurre tan así en la realidad”, señala
Ghedin. Con las relaciones lésbicas también se miente. La razón: las consumen
los hombres que les gusta ver a dos o más mujeres tener sexo. “Las películas no
muestran la realidad y siempre exponen a una de ellas ´haciendo de hombre´, es
decir, asumiendo un rol activo, y otra de mujer, con un rol pasivo”, agrega el
doctor.
Mentira N° 10: el repartidor
de pizza es un amante en potencia
En las XXX, las mucamas, los
jardineros, las secretarias, los vendedores, los porteros del edificio, los
electricistas, por solo dar algunos ejemplos, son siempre bellos y de físicos
espectaculares. No solo eso, sino que además están dispuestos a tener sexo con
el/la protagonista. “Como podemos adivinar rápidamente, aunque alguna vez pueda
ocurrirnos, esto no es habitual en la vida real”, apunta Gómez.
No olvidemos que el coito en
la pareja pude tener un fin reproductor, pero también el poder dar y recibir placer.
Este requiere de creatividad, paciencia, y compromiso. Por lo tanto dista mucho
de la realidad pornográfica. Así que no vale la pena siquiera intentar imitar
una película porno, esto solamente generará gran frustración, en vez de,
debemos construir nuestra propia relación y con la ayuda de la pareja descubrir
lo que a ella y a uno mismo le gusta.
Fuente: Entremujeres.com