jueves, 4 de julio de 2013

Mentiras sobre la pornografia




DESCOLONICEMOS NUESTROS CUERPOS!  

La industria genital es el término dado a la industria comercial de las empresas que emplean a trabajadores sexuales en varias capacidades y es descrito como entretenimiento para adultos o cine porno.
Este cine, se nutre de la realidad ficcionada y mentiras que procuran ser vendidas como verdades del sexo. Personajes y situaciones completamente inverosímiles desfilan por historias débiles y poco creíbles donde lo único que importa es que los actores involucrados personificando desde repartidores, mecánicos y/o secretarias con cuerpos perfectos, hasta proporciones descomunales, expliciten ante cámaras la relación sexual.
A continuación, detallamos algunas de las mentiras más comunes:

Mentira N°1: todos los hombres son XL
En las películas pornográficas la mayoría de los actores tienen penes de gran tamaño. “Si bien esto puede sser excepcionalmente es cierto, el mito aquí radica en creer que es lo normal”. Fabián Gómez urólogo especialista en sexo y asesor científico del Boston Medical Group sostiene que. “Esas proporciones no son la medida del hombre común. Es importante aclarar este tema para evitar odiosas comparaciones y futuras frustraciones en el hombre y la pareja, además es importante recordar que un pene enorme lastima a la gran mayoría de las mujeres”, agrega.


Mentira N°2: Los hombres prefieren ir al grano las mujeres no!
En el porno solemos ver cómo la relación rápidamente termina en la genitalidad sin detenerse en besos, caricias, ni ningún tipo de juego previo. “El coito explícito es eso, puro coito carente de erotismo, es decir, de todos los condimentos que enriquecen un encuentro sexual. Lo que no se ve es el tiempo que tardan los actores en ´calentarse´ para ser convincentes frente a la cámara. No olvidemos que es cine y, como tal, la historia debe prescindir de circunstancias accesorias”, alerta el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.

Mentira N°3: todos los finales son felices
“Es frecuente ver que el actor masculino eyacula gran cantidad de semen. No es la media normal para la población, ya que la cantidad habitual de eyaculado es de 1.5 a 4 ml.”, detalla Gómez. Con las mujeres pasa algo similar. “La eyaculación femenina es una secreción blanquecina, a veces abundante, que se da previo o durante el orgasmo. No todas las mujeres tienen este tipo de secreción y no por eso existe alguna patología, es una respuesta fisiológica que puede aparecer o no”, explica Ghedin.

Mentira N°4: La magia está en realizar un kamasutra acrobático.

“En las películas XXX podemos ver variadas posiciones para realizar el acto coital. Hay que tener en cuenta que los actores y las actrices están entrenados para ese tipo de papeles. Hay posiciones que son realmente muy incómodas y de gran impacto visual, pero que no hacen necesariamente al sexo más agradable, sino todo lo contrario”, explica Gómez.

Mentira N°5: todas las mujeres son multiorgásmicas

Los personajes femeninos suelen hacer un despliegue exagerado de la llegada al clímax. “En la realidad, la respuesta orgásmica es cambiante: a veces es intensa en placer, otras veces más pobre, algunas veces hay multiorgasmos y en otras no. En fin, la respuesta sexual es variable y está influida por distintos factores como el estrés, las ganas y la pericia sexual de la pareja, el tipo de estimulación recibida, la fase del ciclo menstrual y la rutina”, enumera Ghedin.

Mentira N° 6: el sexo fuerte le gusta a todos

En el cine porno se pueden ver muchas escenas de sexo violento (hard sex) o que son realmente agresivas. “De acuerdo a mi experiencia, la gran mayoría de los pacientes y sus parejas prefieren ser tratados con suavidad y dulzura para realizar el acto sexual, o a lo sumo con mucha intensidad y fogosidad, pero no violentamente”, cuenta el doctor Gómez.

Mentira N° 7: todos tenemos en casa un juguete sexual

“En las películas porno aparecen ciertos guiños fetichistas: juguetes sexuales, lencería erótica, zapatos estilizados, medias caladas y disfraces, entre otros, como si fuesen comunes en la vida de cualquier pareja y como si fuesen indispensables muchas veces, para aumentar la emoción de la relación coital o asegurar su satisfacción.

Mentira N° 8: improvisar un trío es muy fácil

Imaginemos una escena de películas porno: la mujer encuentra a su pareja teniendo coito con su amiga y se suma para practicar un furioso ´menage a trois´. El doctor Gómez se encarga de desmitificarla: “pensemos en lo absurdo de la situación y llevémosla a nuestras vidas cotidianas: ¿qué pasaría si nuestra pareja nos encuentra teniendo sexo con nuestra amiga/o? ¿Es más factible que se sume a la cama o que nos elimine de su vida?”

Mentira N° 9: los hombres gay son “machos” y las lesbianas “hacen de hombre”

“En las porno dirigidas al público gay los hombres son estilizados, musculosos, estereotipo del macho recio y bien dotado. El juego previo es muy corto y la relación tiene como objeto la penetración, cosa que no ocurre tan así en la realidad”, señala Ghedin. Con las relaciones lésbicas también se miente. La razón: las consumen los hombres que les gusta ver a dos o más mujeres tener sexo. “Las películas no muestran la realidad y siempre exponen a una de ellas ´haciendo de hombre´, es decir, asumiendo un rol activo, y otra de mujer, con un rol pasivo”, agrega el doctor.

Mentira N° 10: el repartidor de pizza es un amante en potencia

En las XXX, las mucamas, los jardineros, las secretarias, los vendedores, los porteros del edificio, los electricistas, por solo dar algunos ejemplos, son siempre bellos y de físicos espectaculares. No solo eso, sino que además están dispuestos a tener sexo con el/la protagonista. “Como podemos adivinar rápidamente, aunque alguna vez pueda ocurrirnos, esto no es habitual en la vida real”, apunta Gómez.

No olvidemos que el coito en la pareja pude tener un fin reproductor, pero también el poder dar y recibir placer. Este requiere de creatividad, paciencia, y compromiso. Por lo tanto dista mucho de la realidad pornográfica. Así que no vale la pena siquiera intentar imitar una película porno, esto solamente generará gran frustración, en vez de, debemos construir nuestra propia relación y con la ayuda de la pareja descubrir lo que a ella y a uno mismo le gusta.


Fuente: Entremujeres.com

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