jueves, 23 de agosto de 2012

Distorsión de la verdad en Bolivia

La libertad de expresión es un derecho fundamental señalado en la Declaración Universal de los Derechos. Está garantizada en la Constitución Política del Estado plurinacional en sus artículos 21, 106 y 107.

Sin embargo esa libertad —con raíces en la corriente del liberalismo burgués y que buscó terminar con el oscurantismo y los privilegios de la nobleza y del alto clero de la época— tiene límites legales, ideales y reales, según el investigador Érick Torrico.
Los límites reales se refieren a la realidad misma de su ejercicio, a la rutina interna en los medios de difusión, a los filtros existentes (a la construcción de la realidad); las fronteras ideales tienen que ver con aquellas ideas referidas a que no deben existir límites a esa libertad. 

Los límites legales se refieren al marco jurídico y ético. Es decir, la libertad de expresión está limitada por la ley (de Imprenta, la Constitución, etc.). Esta condicionante ético-legal permite comprender el comportamiento de una agencia de noticias que hizo decir al presidente Evo Morales palabras que nunca mencionó referidas al trabajo en el oriente boliviano.

La agencia vulneró ese marco ético al entrecomillar palabras inexistentes, obró con inexactitud y así distorsionó la verdad.

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